El tema
- 27 feb 2018
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Hay que decir lo no dicho y reinventar lo conocido.
Enlazar el alma con todo lo que hacemos, ser plenos y congruentes para transmitir
aquello que existe desde nuestro más profundo ser.

Percibirnos como parte del gran todo y hacernos uno con el viento, el agua, la tierra, la
sonrisa del niño, la sabiduría y plenitud del anciano, con la vida misma.

Cuando somos uno con el paisaje, el objeto y la persona surgen los trazos y
capturados en el lienzo le damos permanencia, congelamos el instante y lo hacemos
eterno…
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